sábado, 3 de octubre de 2009

"Cabecita negra"

El siguiente es un fragmento de un relato de Germán Rozenmacher. Forma parte de los post sobre Peronismo y Literatura. Refleja la visión del pueblo que posee la clase media vernácula.

"(...) El viento siguió soplando. Nadie despertó. Nadie se dio por enterado. Entonces el señor Lanari bajó a la calle y fue en la niebla, a tientas, hasta la esquina. Y allí la vio. Nada más que una cabecita negra sentada en el umbral del hotel que tenía el letrero luminoso "Para Damas" en la puerta, despatarrada y borracha, casi una niña, con las manos caídas sobre la falda, vencida y sola y perdida, y las piernas abiertas bajo la pollera sucia de grandes flores chillonas y rojas y la cabeza sobre el pecho y una botella de cerveza bajo el brazo.
-Quiero ir a casa, mamá-lloraba-.Quiero cien pesos para el tren para irme a casa.
Era una china que podía ser su sirvienta sentada en el últimos escalón de la estrecha escalera de madera en un chorro de luz amarilla.
El señor Lanari sintió una vaga ternura, una vaga piedad, se dijo que así eran estos negros, qué se iba a hacer, la vioda era dura, sonrió, sacó cien pesos y se los puso arrollados en el gollete de la botella pensando vagamente en la caridad. Se sintió satisfecho. Se quedó mirándola, con las manos en los bolsillos, despreciándola despacio.
-¿Qué están haciendo ahí ustedes dos?-la voz era dura y malévola. Antes que se diera vuelta ya sintió una mano sobre su hombro.
-A ver, ustedes dos, vamos a la comisaría. Por alterar el orden en la vía pública.
El señor Lanari, perplejo, asustado, le sonrió con un gesto de complicidad al vigilante.
-Mire estos negros, agente, se pasan la vida en curda y después se embroman y hacen barullo y no dejan dormir a la gente.
Entonces se dio cuenta de que el vigilante también era bastante morochito pero ya era tarde. Quiso empezar a contar su historia.
-Viejo baboso-dijo el vigilante mirando con odio al hombrecito despectivo, seguro y sobrador que tenía adelante-.Hacete el gil ahora.
El voseo golpeó al señor Lanari como un puñetazo.
-Vamos. En cana.
(...)
-Venga a mi casa, señor agente. Tengo un coñac de primera. Va a ver que todo lo que digo es cierto-y sacó una tarjeta personal y los documentos y se los mostró-. Vivo ahí al lado-gimió casi, manso y casi adulón, quejumbroso, sabiendo que estaba en manos del otro sin tener ni siquiera un diputado para que sacara la cara por él y lo defendiera. Era mejor amansarlo, hasta darle plata y convencerlo para que lo dejara de embromar.
El agente miró el reloj y de pronto y de pronto, casi alegremente, como si el señor Lanari le hubiera propuesto una gran idea, lo tomó a él por el brazo y a la negrita por otro y casi amistosamente se fue con ellos. Cuando llegaron al departamento, el señor Lanari prendió todas las luces y les mostró la casa a las visitas. La negra apenas vio la cama matrimonial se tiró y se quedó profundamente dormida.
(...)
El señor Lanari recordó vagamente a los negros que se habían lavado alguna vez las patas en las fuentes de Plaza Congreso. Ahora sentía lo mismo. La misma vejación, la misma rabia. Hubiera querido que estuviera así su hijo. No tanto para defenderse de aquellos negros que ahora se le habían despatarrado en su propia casa, sino para enfrentar todo eso que no tenía ni pies ni cabeza y sentirse junto a un ser humano, una persona civilizada. Era como si de pronto esos salvajes hubieran invadido su casa. Sintió que deliraba y divagaba y sudaba y que la cabeza le estaba por estallar. Todo estaba al revés. Esa china que podía ser su sirvienta en su cama y ese hombre del que ni siquiera sabía a ciencia cierta si era policía, ahí, tomando su coñac. La casa estaba tomada."
(...)
Germán Rozenmacher, "Cabecita negra", en Cabecita negra, Buenos Aires, CEAL, 1981

3 comentarios:

grace dijo...

Yo leí este cuento hace muuuuucho. En los 70, precisamente. Pero usté ha tenido la virtú de cultivarme las ganas pa volver a leerlo. Me voy corriendo a buscar la edición del Centro Editor . No hay mejor lectura pa un sábado. (con la seguridad de que esta vez lo voy a disfrutar el triple)

Monikucha dijo...

Gracias, Grace. También está en el libro de 3°año polimodal de Tinta Fresca. Bueno, de la editorial de Clarinete. Hasta con eso se metió el monopolio. Un abrazo

Casta Diva dijo...

Ah, yo me di el gusto de leerlo con mis alumnos este año. :)

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