domingo, 14 de noviembre de 2010

Con el último aliento

-Te pido que lo RESUCITES porque se me terminó el verso anti Néstor.
¡Por favooooooooooooorrrrrrrrr!!!!!!!!

sábado, 6 de noviembre de 2010

Para los tibios, el infierno

Parece increíble que en la primera década del Siglo XXI la literatura de Dante Alighieri permanezca con tanta vigencia. Si no me creen lean este fragmento de La Divina Comedia del Siglo XIII.
En el vestíbulo del infierno, Dante junto a su guía Virgilio vivieron la siguiente experiencia:
"Allí bajo un cielo sin estrellas, resonaban suspiros, quejas y profundos gemidos, de suerte que, apenas hube dado un paso, me puse a llorar. Diversas lenguas, horribles blasfemias, palabras de dolor, acentos de ira, voces altas y roncas, acompañadas de palmadas, producían un tumulto que va rodando siempre por aquel espacio eternamente oscuro, como la arena impelida por un torbellino. Yo, que estaba horrorizado, dije:
-Maestro, ¿qué es lo que oigo, y qué gente es ésta que parece dominada por el dolor?
Me respondió:
-Esta miserable suerte está reservada a las tristes almas de aquellos que vivieron sin merecer alabanzas ni vituperio: están confundidas entre el perverso coro de los ángeles que no fueron rebeldes ni fieles a Dios, sino que sólo vivieron para sí. El Cielo los lanzó de su seno por no ser menos hermoso; pero el profundo infierno no quiere recibirlos por la gloria que con aquellos podrían reportar los demás culpables.
Y yo repuse:
-Maestro, ¿qué cruel dolor les hace lamentarse tanto?
A lo que me contestó:
-Te lo diré brevemente. Éstos no esperan morir; y su ceguedad es tanta, que se muestran envidiosos de cualquier otra suerte. El mundo no conserva ningún recuerdo suyo, la misericordia y la justicia los desdeñan; pero no hablemos más de ellos, sino míralos y pasa adelante.
Y yo fijándome más, vi una bandera que iba ondeando tan de prisa, que parecía desdeñosa del menor reposo; tras ella venía tanta muchedumbre, que no hubiera creído que la muerte destruyera tan gran número. Después de haber reconocido a algunos, miré más fijamente, y vi la sombra de aquel que por cobardía hizo la gran renuncia. Comprendí inmediatamente y adquirí la certeza de que aquella turba era de los ruines que se hicieron desagradables a los ojos de Dios y a los de sus enemigos. aquellos desgraciados, que no vivieron nunca, estaban desnudos y eran molestados sin tregua por las picaduras de las moscas y de las avispas que por allí había; las cuales hacían correr por su rostro la sangre, que mezclada con sus lágrimas era recogida a sus pies por asquerosos gusanos."
La Divina Comedia ( Canto III del Infierno)de D. Alighieri,
edición de Autral Espasa Calpe, 1952,
traducción de Ángel Chiclana Cardona
Cualquier parecido con la realidad política argentina, en donde la oposición no sabe qué mierda hacer, es pura coincidencia

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