Ayer, con muy pocas ganas, estaba cumpliendo con mi tarea de censista cuando una chica grita por la ventana que daba a la calle de una de las viviendas"¡Se murió Kirchner!".
La mujer a la que estaba censando me comenta: "¿Y ahora? Yo lo iba a votar."
Me quedé más estúpida de lo que soy, se me confundían las letras, los casilleros, las planillas. Con la confianza que me dio estar en sintonía con la mujer le dije incrédulamente :"¡UY, LA QUE SE VIENE AHORA CON LA MAFIA DEL CAUDILLO LOMENSE!". Realmente, lo que ocurrió en Barracas la semana pasada me causóincertidumbre y temor, porque los conurbanos sabemos bien lo que significan las patotas y el accionar antidemocrático de estos grupos de choque.
Por un momento quise largar todo y correr a casa a ver los blogs, la tele, la radio. Pero, no podía. Tenía que cumplir con la carga pública.
A medida que pasaba por las viviendas, el pesar de la gente me sorprendió y me alegró. No era la única que estaba triste. Eran muchos. Gente que lo había votado y gente que no, valoraba los logros desde el 2003 y comparaban la etapa anterior. Pensé: "No pudieron con Néstor. No pudieron verlo humillado, fracasado, de rodillas como otros ex presidentes". Se fue siendo aún muy joven, con una imagen positiva y un carisma sorprendente. Todas las comparaciones a futuro serán odiosas para el gorilaje. Néstor siempre saldrá ganando.